miércoles, 10 de diciembre de 2008

Empezamos


Empiezo hoy con estos escritos para acallar una voz que me agobia de continuo, que me obliga a desatender mis deberes, que me mantiene despierto por la noche y no me permite calma por el día.

Busco continuamente una belleza poética verdadera y la he buscado ya por doquier. Resulta difícil explicar las razones, me gustaría poder plasmar la belleza de los sistemas, de su construcción y fuerza, pero me es imposible, encontrar un verso que recree un infinito, descubrir una verdad de autenticidad, hallar el engranaje último de todos los sistemas...

Esta página y estos escritos no están dedicados a los amantes de la poesía sino a los que la buscan. No quiero aquí vulgaridades y poemas apreciados como nada más que una joya que sirva de engalane.

Yo quiero un búsqueda profunda, un esfuerzo real, una voluntad de plenitud, que carezca de prejuícios, que mire con la misma simpatía al sabio griego y al chino, al cristiano y al musulmán. Todo es poco para acercarse a esa meta difusa a la que me enfrento, hallar una verdad profunda en las cosas y desengranar los símbolos del hombre.

Nunca sobra el verso.

Caminaba impreciso entre vendabales insignificantes
buscando verdades en nadas,
una montonía de cánticos no verbales
tocaba miradas posadas en charcos.

Desatento buscaba bellezas, pero me distraía con fealdades
me protegía del viento con hojitas pequeñas
y lanzaba manzanas, rojiverdes, a mis temores

Me evitaba a mi mismo en laberintos de rostros.
Pedía a los silencios que le enseñasen a callar.

A la actuación de mis sueños, de bambalinas cerradas,
de ventanas oscuras y maquillajes lejanos.
Pasa la patita, poeta, por debajo de la puerta, y dime quién eres.

Eustasio Cervera Ruiz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Debido a la avalancha de comentarios me veo obligado a indicar una severa advertencia: Ponedme un comentario!! quien quiera! portaos!